martes, septiembre 06, 2005

El día, con su ritmo inagotable...

El día me ha llevado a casa, las luces del hogar resplandecen cual faros en el oscuro mar. El olor a comida recién preparada es una invitación a los cinco sentidos para llegar pronto. El calor que irradian los miembros del hogar es inconfundible. El hogar, como decía Dorothy en "El Mago de Oz" (película que marcó mi niñez) es lo mejor.

Empero, 20 años después, cuando todo ha cambiado, el hogar sigue ahí, con sus luces que me invitan a llegar a él, mi madre sigue ahí, con su comida, con su sonrisa; así da gusto llegar al hogar. Mi padre, leyendo en su diván, me invita a ir hacia él, me leerá ese libro que escudriña con diligencia, su tono al hablarme es dulce, me hace recordar lo bien que lo pasabamos cuando era niño, esas alegres tardes de juegos en la plaza cercana. Mientras pienso, hierve la tetera, suena ese inconfundible pito de la misma tetera. Un rico y caliente café con leche llena mi garganta vacía. Ese mismo café que bebía junto a mi familia. Mi familia, que ahora está lejos, mientras estoy en Europa, de intercambio estudiantil; y esta es la instancia perfecta para añorar el hogar, cuando uno se encuentra lejos del mismo.

Bendiciones.

1Palabra(s)-Ilustrada(s):

At martes, septiembre 20, 2005 10:43:00 p. m., Blogger tempore Ilustra...

El añorado refugio hogareño, donde se acaba el día, donde está la familia que tanto recuerda la infancia más querida. Donde no falta el te con las tostadas, donde no falta el abrazo de la madre, es espaldarazo del padre.

Don Carlo, fuertes declaraciones en mi flog! Tu amigo que te kiere, mira tu... me halaga.

 

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