miércoles, octubre 10, 2007

Prescripción

En el instante en que dabas vuela la cara, me recordaste esa gloriosa mañana de Agosto, donde me dijiste que la nieve caía de una manera muy bella.
Llevabas tu tenida habitual. Una polera negra y roja, simple, y la falda blanca que me hacía vibrar hasta el tuétano.
Sonreias por todo, y tu sonrisa era capaz de levantar a un muerto. Eras feliz.
No sé si fue mi compañía, o simplemente por otras causas, pero en ese particular momento, eras feliz. Un poco de luz en esta triste y letárgica vida.
Por un momento vi caer una lágrima, que disimuladamente sacaste de tu perfecto rostro de porcelana. Me sorprendiste. Eras infinitamente feliz.
Yo también fui feliz ese día.
Habíamos soñado lo mismo, y cada uno de nosotros se veía en el sueño. Nuestars mentes estaban conectadas por ese puente imaginario que creamos.
Por eso, cuando me mirabas, aunque yo ya no te importara, aunque ya no me quisieras, aunque ya no existiera en tu mundo de colores celestes y púrpura, mezclado con el rojo de pasión que siempre tenías.
Es por eso, que me gusta que me mires, aunque sea de pasada.
Sigo pensando que en algún rinconcito de tu corazón (que cursi), está ese momento, está esa mañana, está esa sonrisa, está ese sentimiento.
Con eso, me conformo.
(Dame un solo motivo, y te demuestro quién soy en realidad)

0Palabra(s)-Ilustrada(s):

Publicar un comentario

<< Home