viernes, abril 27, 2007

De los nervios.

La primerz vez es siempre la más difícil.

Y no porque cueste, o porque haya dolor, sino que porque uno está, digámoslo, horrendamente nervioso.

Y eso me pasó ayer.

Conocí a una persona a la que previamente conocí por medio de medios (valga la redundancia) "electrónicos". Pero los nervios me jugaron una horrenda pasada. No pude desenvolverme cómodamente, no pùde ser yo mismo, y inundé el ambiente de tensión y mala vibra (debido a mi estado habitual de depresión). Eso fue nefasto.

Y eso que soy del tipo de personas que se adelanta a los posibles escenarios.

Creo que eso mismo es el problema.

Mucha gente insiste en que no debiese pensar en las cosas, que no me debiesen importar las consecuencias, solo enfrentarlas, pero mi mente se nubla, y lo único que queda es confiar en los sesos, cuando confiar en el instinto es la mejor opción, pero es arriesgado, mucho que perder.

¡Pero si no hay nada que perder!

Era la primera vez.

Y es cierto, la "espada de Damocles" pende sobre mi cabeza en la primera vez, pero lo bonito es el re- encantarse.

¿Cómo no pensé en eso?

¿Cómo no me pude adelantar?

Burdas preguntas, burdas respuestas.

Inútil conocimiento.

¿Quién sabe lo que ocurra la próxima vez?

¿Habrán nervios? Siempre los hay, pero ya hay maneras de controlarlos.

Control, ¡eso es! Control, debo refrenarme.

Una bebida, eso necesito...

(Lamento haberte decepcionado)

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