Life Is Simple

Ayer fue un día extraño, bizarro, de esos días que te dejan una moraleja, chistosa, pero moraleja al fin.

Resulta que volvía de Salsa, junto a Ricardo (mi compadre Viteri), la Ale (mi amiga y pareja de Salsa)y a Omar (mi profe de Salsa, hoy por hoy, mi gurú personal), y tuvimos una conversación que rayaba la locura, pero que tenía momentos de extrema lucidez, hablamos de todo, de sexo, de mujeres, de hombres, de cosas espirituales, de cosas temporales, de todo.

Y mientras hablábamos, Ricardo dijo que esa conversación era una de esas que te dejan lección, como una clase magistral, como algo que uno debiese anotar, para no olvidar o grabar, para escuchar y aprender por hipnopedia (alusión a uno de mi trilogía suprema: Brave New World, de Aldous Huxley). Realmente eran consejos de un anciano a los jóvenes, creo que trataré de memorizarlos, y hacerlos parte de mi vida, vida que, como ya señalé, está en mudanza, moviéndose frenética, empero, silenciosamente.

Ha sido una gran decisión haber tomado Salsa.

(Paréntesis):

Iba caminando por el Metro, a una hora prudente, y de poco tráfico, y me detuve a leer uno de los cuentos ganadores de Santiago en 100 Palabras (específicamente el ganador). Se llama Dostoievsky, de un gallo de La Florida, y lo encontré pésimo, hasta mis cuentos merecían ese lugar. Gran demostración de la poca cultura literaria que hay en Chile fértil provincia y señalada.