Life Is Simple

"No creo que existan dos personas más felices que nosotros".

Frase inmortal de Virginia woolf, en su carta de despedida a su amado Leonard.

Frase que me hace pensar en las dos mejores personas que conozco: Claudio y Daniela; mis mejores amigos.

Y es que realmente nunca en mi vida creí que existiera ese tipo de amor. Un amor que traspasa barreras, un amor puro, un amor sufrido y amable a la vez, un amor que irradia energia positiva.

El amor es algo que te hace hervir la piel, algo que te saca de tus casillas, algo que te hace renunciar a todo, para entregarte en cuerpo y alma a la persona amada. Algo tan poderoso que puede trascender en el tiempo, y dos amantes se pueden amar por la eternidad. Es el sentimiento más poderoso del universo, la fuerza creadora de todo, el eje de la vida, la razón misma de la existencia.

Cada ser vivo, cada creación del Universo es producto del amor, algo que puede parecer tan banal, tan sutil, tan etéreo, tan fragil; es algo que es tan poderoso como para crear nuevos mundos, como para crear nuevas vidas, como para dejar de vivir, como para hacer cosas que uno jamás pensó en hacer, como para dejar de lado todo.

Es un sentimiento tan sublime, tan divino, tan magnánimo, que se hace posible hasta al ser humano más despreciable poder sentirlo, al menos una vez en su vida.

Realmente es lo que todo ser humano quiere en esta vida: sentir el amor, el verdadero amor. Es el sueño más noble y grandioso que un hombre puede tener.

El amor hace que la felicidad sea perduradera. La convierte en algo sustantivo.

Y lo más increíble es que el amor se manifiesta de tantas maneras, entre un hombre y una mujer, entre dos hombres, dos mujeres, entre amigos, en la familia. Es algo fabuloso, es lo que te llena de vida, es lo que te hace volver al camino. Un llamado místico, un grito de Dios.

Es una pincelada al amor, visto desde mi prisma.

Por eso Virginia Woolf dijo: "No creo que existan dos personas tan felices como nosotros".