miércoles, junio 28, 2006

La Ciudad de la Furia.


Santiago, la ciudad de la furia. En cada rincón, una historia nueva, pero a la vez familiar. Y es que esta enorme urbe de más de 5 millones de almas, es imposible encontrarse con menos de ese mismo número de historias, historias que a menudo se entrecruzan con otras. Desde La dehesa, hasta Maipú; de San Bernardo hasta Quilicura; de Renca a Puente Alto; de Pudahuel a La Reina; de Vitacura a La Pintana, en fin, miles de combinaciones, miles de destinos, miles de vidas que se funden con el frenético ritmo citadino.

Paseo Ahumada: epicentro del sonoro estruendo. Avenida Providencia: lugar donde se escuchó el eco. Gran Avenida: reonancia múltiple, a través de sus cuarenta y tantos paraderos. Alameda: arteria principal, y médula espinal de la capital. Avenida Santa Rosa: escenario de la catástrofe. Avenida Vicuña Mackenna: canal fundamental que conecta el hogar con el trabajo. Avenida Las Condes: lugar de trabajo y diversión. Avenida Vitacura: epicentro de la diversión santiaguina. Avenida San Pablo: regreso a casa o ida al trabajo. Circunvalación Américo Vespucio: anillo que rodea a la capital. Avenida Independencia: camino a la gloria. Avenida Pajaritos: camino a la victoria. Avenida Grecia: camino a las raíces. Avenida Larraín: camino a la sabiduría. En fin... miles de calles que llevan a miles de distintos lugares.

Por eso me gusta Santiago, me gusta como me gusta la comida, como me gusta conducir (sobre todo si estoy en Santiago). Me encanta mi ciudad, la ciudad donde nací, la ciudad donde me crié, la ciudad donde quiero morir.

Santiago es mi vida.

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