miércoles, mayo 10, 2006

Codex.

Me siento, debo estudiar. Cabeza relajada, un buen vaso de leche, alguna cosilla poca para picar. Todo listo y en orden, los libros, apuntes y escritos, sobre la mesa de trabajo, las neuronas disparando para ser usadas, duelen. a mano el analgésico, por si acaso.
Y empezamos... "La competencia Relativa y Absoluta", "Los Órganos Jurisdiccionales" y "Los Tribunales Ordinarios", cosa fácil, no me demoraré más de dos días en sintetizar el conocimiento. Al menos, tengo fe en poder hacerlo, y la fe "mueve montañas", así, que, comencemos.
A los diez minutos, ya empieza a doler l cabeza, se siente algún malestar estomacal, baja a comer, algo más contundente, y pierde tiempo valioso. Los analgésicos no funcionan instantáneamente. Molestan.
Todo parece marear al muchacho. La competencia se ha convertido en su peor enemigo, los órganos jurisdiccionales lo intentan asesinar, y un tribunal ordinario lo acusa de alta traición.
huye del estudio, y el verdugo se aproxima raudo. Ya no hay escapatoria. El examen ya está frente a él, y sus enemigos lo incriminan. El rojo es seguro, solo hay que terminar.
Despierta con todos los Códigos y apuntes babeados por el joven. Era solo un sueño. Las materias siguen ahí. Y nada más queda que seguir estudiando.

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