lunes, abril 17, 2006

Please, be quiet...

Al recobrar el aliento, al despertar de ese maldito sueño, en que tú me atormentabas como el demonio, al volver a la vida, me di cuenta de que ya tenía la respuesta que tanto quería en mis manos. Ya sabía como librarme de ti, es glorioso dejar de lado. Ya no siento esa angustia diaria, que me dejaba moribundo. Es fabuloso.

La fórmula consiste en dejar de pensar en tí, sin dejar de tener presente que ya eres parte de mi. He allí la importancia del dejar de lado, pero no olvidar. No puedo negar que seguirás siendo parte de mi hasta que muera, tal vez más allá, ¿quién sabe? Al final, somos todos unos monos que debemos aprender a controlar nuestro intelecto. Un idiota dijo alguna vez que el ser inteligetnte era un defecto humano, en cierto grado tiene razón, ya que nos hace pensar cuando no queremos pensar, y eso puede llevarnos a la muerte, o al menos a la destrucción propia, que sin duda alguna no es lo mismo (hay personas destruidas que siguen en pie, ánimas de carne y hueso).
Pienso en como lo logré, y no sé muy bien como lo hice, un golpe de suerte que llegó, no sé, inspiración divina, algo así. Lo importante es seguir así, y aun cuando mis manos, tantas veces te ahorcaron en silencio, y de todas las veces en que te vi muerta, sigues ahí, sonriendo al maldito mundo, fingiendo que nada ocurrió, pero en el fondo, sabes perfectamente lo que pasó, y no lo quieres aceptar, yo ya lo hice, ¿por qué tú no? En fin, ya llegará el día en que lo hagas, todos aprendemos, a algunos le gustan las caídas, y hay tantos masoquistas que no se necesitan más...
Vive, al menos hazlo pór el recuerdo de lo lindo que fue. Yo ya estoy viviendo, y te digo que es delicioso. Vive...
P.S. Un caluroso saludo a mi amiga Gabriela Quezada, en su cumpleaños.

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