miércoles, enero 04, 2006

Descenso al abismo y el malvado Dragón Azul (Historias Urbanas, Segunda Parte)

Si hablamos del verdadero terror, hay que hablar del malvado Dragón Azul, ese malvado ser que traga a sus víctimas y las escupe con la misma facilidad con las que last traga. El descenso que todos los días la gente de esta enorme ciudad debe hacer para trasladarse, realmente me aterra.

Hundirse en el averno santiaguino, para encontrarse con un enorme "dragón" azul (hay uno nuevo, que es naranjo, pero son de la misma especie) que lo traga, aunque todos creen a ciegas que es un método de transporte, yo sin duda sé que este dragón espera el momento preciso para digerirnos.

Lo que hace, es sencillo. Todos entran en sus bocas (tiene muchas, tanto a la derecha, como a la izquierda, estas últimas, en el sentido en que viaja el dragón, no se abren, a menos que el dragón mismo lo diga, y llegando a casa), y creen que todo está bien, pero es en ese momento en que empieza su proceso alimenticio. Unos entran (nueva comida) y otros salen (al dragón no les gustó su sabor), los que salen, hay veces en que son escupidos por el dragón. Casualmente, el dragón, para guardar las apariencias, los escupe donde su comida debe ir (trabajo, estudio, etc.), y es por esto, que nadie sospecha de él.

Todos confían en el dragón, y lo llaman "el Metro". Pero yo no creo en sus cuentos.
Yo vi al dragón comerse a un hombre que entró por su primera boca. Fue atroz. Espero no volver a verlo.

Y todos los que creen que están a salvo, a ellos se los come con gozo y deleite.

A mi, el dragón azul y el naranjo, no me comerán, y si me tragan, trataré de hacerlos vomitar. Es la única manera de sobrevivir.

Más adelante, más cuentos urbanos.

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