viernes, mayo 25, 2007

Huracán.

Pasó un huracán.

Nadie pudo hacer nada para evitarlo.

Los techos volaron, los vientos azotaron, las cosechas perdidas, y una que otra amistad abatida.

La devastación se ve por doquier.

Horroroso, espantoso, innombrable.

El llanto surge por generación espontánea.

El ahogo es implacable.

Quizas si hubiésemos construido un refugio no hubiera causado tanta destrucción en nuestras vidas.

Quizas si hubiésemos sido más maduros, no hubiera sido tan espantoso.

Dicen que la traición no se perdona.

Yo creo que es lo más difícil de perdonar.

Y la traición causa huracanes.

(Crece, por Dios, crece ya!)

0Palabra(s)-Ilustrada(s):

Publicar un comentario

<< Home