sábado, noviembre 10, 2007

Vanidad.

Me miro en el espejo, y me pregunto quien es esa persona que me mira.

A veces no me reconozco.

Cada día un poco más barbón, o pelado (ahora si que estoy pelado), o más foof, o más cansado.

Es que la vida me mata, como dice la película, película que por cierto, es lo único que me motiva ahora para ir al cine (a menos que mi santa madre encuentre el DVD pirata, así ahorro dinero). En fin...

Y a medida que pasan los días, cada vez tengo peor aspecto.

¿Es disconformidad?

¿Es demencia?

¿Es flojera?

¿O simplemente la vida?

Recuerdo haber estudiado en mi enseñanza media sobre cómo los radicales libres de oxígeno destruyen las clélulas vivas en ciertos tejidos,m es por eso que los hombres mueren, al respirar, te estás matando (y no necesariamente por el humo del cigarro, o por el monóxido de carbono que emite el enorme parque automotriz de esta ciudad).

Me veo, y no me reconozco.

No soy alguien que se pueda reconocer vanidoso.

A pesar de que me miro mucho en el espejo.

Pero no, no creo que sea vanidad.

Recuerdo también la historia de Narciso, quien se enamoró de su propio reflejo, y murió ahogado por tratar de tenerlo.

Aunque, pensándolo bien, podría ser narcisista.

Vago, pero narcisista.

Tal vez por eso estoy así...

(Tal vez por eso no tengo lo que quiero... O because I cannot wait for it)

Etiquetas: ,

0Palabra(s)-Ilustrada(s):

Publicar un comentario

<< Home