Life Is Simple

De hecho, catalogarla de fea es inútil, no hay traiciones bonitas, porque aunque salgas "beneficiado" con ella, pierdes algo, siempre lo vas a hacer.

No me imagino que haría yo si me traicionara un amigo. Creo que perdería totalmente el control de mis emociones, reacciones y sensaciones. Perdería la cabeza, mi sed de venganza sería enorme, y buscaría ajusticiar esta situación, de cualquier forma. El rencor, el odio, la ira, se apoderarían de mi. Y en ese caldo de cultivo, créanme, no resulta nada bueno. Nunca.

La confianza es un bien casi sagrado. Por eso es que la traición es lo que más duele, porque tú puedes esperar cualquier cosa de tus enemigos, pero de un amigo, uno no espera lo peor, y cuando pasa, bueno, el descontrol está a flor de piel.

Pero, a pesar de lo malo que se vea todo, siempre hay salidas.

Y esa salida es el perdón.

Y el perdón conlleva el olvido de lo mal actuado.

Y el olvido es algo muy difícil, ergo, el perdón es, a mi juicio, una de las cosas que más cuestan en la vida. El dolor, la ira, el rencor, son siempre más fuertes, pero cuando uno llega al perdón, todo se hace fácil, puedes perdonar bin, y la limpieza de la conciencia es sanadora. Todas esas heridas, esas puñaladas, cicatrizan. Y todo es mejor.

Puedes volver a ver al traidor por quien es y no por lo que hizo.

Y para el traidor, eso es el peor castigo.

El ser el ser humano más aborrecido del planeta, es algo tan abrumador, tan atroz, que eso no se lo deseo ni a mi pero enemigo, pero al traidor, bueno, es lo primero que se me viene a la cabeza.

Por eso, forget, forgot, forgotten.

(Perdona).