jueves, julio 05, 2007

Animales en la jungla

Las luces sombrías recorren el patio abandonado. Una tenue columna de humo se asoma por entre los recovecos. Es una fogata, que hacen los hombres de gris. Paracapear el frío de la ciudad, para tener algo de humanidad. Sus rostros demacrados y curtidos por el frío y el sol de mediatarde, parecen verdaderas máquinas, cuales robots salidos de fábrica.
Y los hombres de gris, que deambulan por las calles del centro, buscando pan para comer, agua para beber y un poco de vino para olvidarse de que existen.
Los veo cuando paso caminando por cada esquina, los veo cuando la micro pasa lenta, los veo en los reportajes de las noticias, y no los comprendo. ¿Son humanos, son hombres como yo? La respuesta es evidente, tan absurda, pero con tanto sentido.
Y la realidad absorta, entre el fútbol, y los ataques terroristas de medio oriente, olvida a estos pedazos de humanidad, a estos hermanos, de los cuales se acuerda en ciertas fechas.
Humanidad, ¿existe? La respuesta fue en algún punto de la historia certera. Ahora ya no lo es tanto. Como en la postmodernidad, todo es cuestionable, así lo es la Humanidad.
"¿Soy acaso guarda de mi hermano?", dijo Caín a Dios en el Jardín del Edén. Así también respondemos nosotros, con tanta o más seguridad que el mismo Caín. El primer asesino. La sangre de Abel clamaba a Dios desde la tierra, y Dios nunca la olvidó.
Seremos juzgados por nuestras acciones, de eso no hay duda... (¿o sí?). Y la verdad es que si seguimos así como vamos, todos en fila al infierno, hasta Caín tendrá perdón, mas la 'Humanidad', ella no será perdonada.
Sus ansias de poder, su sed de gloria, su hambre de corrupción, impiden el paso de ella, no la dejan avanzar, y la hacen retroceder, hasta el punto de congeniar con Caín, el primer asesino.
Somos bestias vestidas de terno y corbata, con enormes vehículos, relojes caros y vidas apacibles. Jaguares, Leones, Tigres, de todo hay en esta selecta fauna. ¿Y dónde quedó el hombre? Perdido en el camino de la evolución, después de la burocracia de más allá de la meritocracia. En algún lugar de mi felina piel, en algún lugar de mi canina anatomía, en algún lugar se encuentra mi humanidad, entre mis garras y mi mp3. Somos hombres vestidos de animales. La moda lo impone, mientras más formal, más animal. Y muchas veces olvidamos nuestra 'Humanidad', para dejar ser al tigre o chacal externo.
¿Y qué vamos a hacer?
La respuesta es personal, pero la comodidad prima...

Etiquetas: ,

0Palabra(s)-Ilustrada(s):

Publicar un comentario

<< Home