Life Is Simple

Pretendo hacer de mi vida algo más alegre de lo que era, borrar del mapa a ese tipo narcodepresivo que hacía las veces de mi.

Quiero alcanzar el portal de la felicidad, siquiera rozarlo.

Aun no lo diviso, pero tengo la confianza de que pronto lo veré, y de que pronto lo sentiré.

Al final, es sólo una cuestión de actitud.

Entre medio de que escuchaba y no, tomé conciencia de mi postura. Estaba frío, y una espesa niebla me impedía ver hacia afuera de mi ventana (con suerte se veía el farol del alumbrado público). Abrí el ventanal de mi balcón (soy el afortunado dueño del balcón de mi casa, aunque sea bastante pequeño xD), y traté infructuosamente de ver algo. Me dio mucho frío, por lo que entré, y cerré el ventanal.

Bajé a la cocina a buscar algo de comer, encontré algo de pollo frío (cosa que me gusta) y un poco de tomate picado. Lo tomé, y junto a un vaso de leche cultivada, me los llevé a mi cuchitril. Mientras engullía el alimento, me dieron ganas de leer. El insomnio era potente, y solo leyendo creí que podría calmarlo. Pensé en un librote pesado, para que me inspirara sueño, así que bajé a la biblioteca de la sala, y tomé un grueso volumen de la historia del arte (tomo primero, Arte Prehistórico e Inicios del Arte Antiguo), y un enorme libro, titulado Música de Playa (de Pat Conroy). Empecé con el volumen primero de la Historia Universal del Arte.

Lamentablemente, debí haber elegido algo menos interesante, ya que se me había ocurrido leer sobre la pintura rupestre, y, bueno, el tema me fascinó. Así que terminé la lectura del grotesco tomo en aproximadamente unas 2 horas y media (a todo esto, esto sucedió alrededor de las 1:35 a.m.). Luego, procedí a leer el gigante libro de Pat Conroy (libro cuya aparición en mi casa es un verdadero misterio). Llegué a la página 256 alrededor de las 5:50 a.m., y caí rendido al sueño. De hecho, el libro era tan aburrido que sólo recuerdo la página en la que caí muerto.

Al principio, dormitaba, es decir, entre que dormía parpadeando pesadamente. Llegó el punto en el que llegaba al estado REM, pero un bocinazo me interrumpió el sueño. El vecino había chocado con un auto conducido por un joven en notorio estado etílico.

Bajé la escalera de caracol que conduce a mi pieza, abrí la puerta de entrada a la casa, y desde el pórtico, les grité que se callaran y nos dejaran dormir. Eran aproximadamente un cuarto para las 7 de la mañana de un sábado.

Luego del griterío, volví a mi alcoba, a tratar de dormir un poquito, aunque sea una hora. Pero mi mente, en un atribulado movimiento, no me permitió dormir, alegando que no descansaba con unas pocas horas de sueño.

Así que pasé en vela, comiendo galletas para no caer, y bebiendo café para no dormir.

Tercera vez que me ocurre.

(Si hubieras estado aquí, hubiese dormido como un ángel pensando en ti)

Para variar, bloqueo mental.

Tengo ganas de escribir, pero no encuentro "ideas inteligentes".

Me aburre tener que pensar y cranear como demente cada vez que quiero escribir, al punto en que pierdo la inspiración.

Y perder la inspiración es fatal.

Pierdo constantemente la inspiración para escribir, el bloqueo siempre está ahí, esperando para atacar.

No pierde tiempo, pero me lo hace perder a mi.

Odio estar así.

Quisiera tener una mente más clara, para captar mejor las ideas, para ser más creativo, para ser más espontáneo, y así ser "sorprendente".

Pero, debido a que, naturalemente nosoy así, tendré que contentarme con cranear como condenado para poder escribir bien.

(Pienso en ti, y todo parece estar mejor)

Entremedio de altas ramas, justo al lado del gato que está en ese árbol, están mi dignidad, mi humanidad, mis sueños y fantasías, mi encanto y mi identidad, envueltas en un paquete de color café oscuro. Los escondí del mundo. No recuerdo muy bien porqué lo hice, tampoco recuerdo cuándo lo hice, ni cómo logré hacerlo (le tengo pánico a las alturas y el árbol es lo suficientemente alto como para ir, trepar, y dejarlos atados al tronco).

Nunca me lo pregunté, a decir verdad, simplemente lo hice. Tenía miedo de que la gente me conociera, de que la gente me hiriera, de que me causaran dolor. Ahora que lo pienso es estúpido, necio, hasta insensato. ¿Por qué alguien escondería las cosas buenas que tiene (o tuvo) del mundo? ¿Qué habrá sucedido para que tomara tan absurdamente drástica decisión?

La respuesta es a la vez obvia y desconocida. Llega a gritar, pero el grito es sordo y mudo. De nada sirven las especulaciones.

El motivo es claro. Miedo, temor, terror. A le gente, al daño que me podrían hacer, al daño que me hicieron.

Pero el tiempo ha pasado, y hace falta esos atributos perdidos en la copa del enorme árbol.

Y trato de sacudirlo, par que caigan algunos de ellos. He notado que algunos efectivamente cayeron, y ya los tengo conmigo, pero hay un remanente que queda allá arriba (casualidad de la maldita vida que sean los más importantes).

Y lo único que queda es subirse al árbol a sacarlos.

El tiempo ya no corre ni vuela, es más rápido que el viento, que la luz, incluso. Y queda muy poco.

Sólo queda subirse a esa secoya, a buscar lo que falta, perderle el miedo a las alturas, y lograr el objetivo final.

(Creía que lo iba a encontrarte, pero me encontré con el infierno en el camino)

Activos: haber pasado todos (bueno, casi xD) los ramos.

Pasivos: haberlos pasado con 4 (la mayoría).

Este semestre fue raro. Extraño.

Y bueno, flojeé como un descriteriado.

Y salí mucho.

Pero como Activo extra, estuvo conocer a otras personas, personas nuevas, quienes jamás pensé que conocerlas sería tan grato. Robinson, Michelle, la Izha, Sebitas, Alfonso, Nicolás, Ricardo, y tantos otros.

Agradezco a cada uno de ellos por lo buenos que son, por lo que me han dado, y por quienes son.

Un abrazo a cada uno de ellos.

Espero que este nuevo semestre sea mejor.

Lo malo, es que el tiempo es corto, y hay cosas pendientes, cosas que deben ser enfrentadas, y cosas que hay que hacer.

Just relax, and enjoy...

Pasaban las horas, y el tiempo comenzó a embadurnarse de un líquido esponjoso color ámbar. Parecía inocencia en los ojos de un niño. Olía a sudor gélido. Se podían oír los engranajes del cerebro al moverse. Todo rodeado de una sutil capa de neblina, a veces laxa, en otras ocasiones, densa. Un respiro cortó la sinápsis que se daba a conocer.

Temblando, y con las manos hirviendo, salí al comedor. Una extraña estela de humo me seguía, asechándome y dándome a saber de que al primer movimiento en falso, atacaría sin piedad.

Llegando a la cocina, me percato de la fetidez del gas que inundaba el ambiente. Alguien, ni idea si deliberadamente o sin intención alguna, dejó la llave abierta.

Salgo a respirar algo de aire sin gas, entro a la pieza de mis padres, y veo estupefacto la silueta de un gato sobre la cama nupcial. Me mira a los ojos, un par de incandescentes ojos marrón no alejan su vista de los míos. Siento hielo en mi espalda, y es que hace tanto frío que el sudor gélido se congela con la temperatura ambiente.

No puedo más que arrancar de casa. El cielo, nublado y oscuro, no da tregua. Las luces del tendido público no prenden, y un aire de desolación se siente en el medio.

A todo esto, es en ese momento que me percato de que ando en mis pijamas, y me da mucho miedo volver a coger ropa, así que salgo así, sin más.

Ni un alma en las calles, los autos abandonados, las casas abiertas, no se respira vida por ningún lugar.

Cojo un cigarrillo, lo enciendo, y en la bocanada de humo que sale de mi boca se puede ver la muerte. Lo boto rápidamente, y en un grito ahogo mi desesperación.

"Todo es muy raro, ¿será el fin del mundo?", me pregunto.

Y la verdad es que no lo sé.

Sólo sé que estoy ahí, y que nadie más lo está.

Me siento en la acera, y me duermo, pensando que sería un sueño.

"Debo estar soñando", me digo. "Mañana todo será distinto... si, mañana es mejor...".

(Lapsus mental)

Resultaba que simplemente era un "modo de exteriorizar mi rabia y frustración de porque las cosas no salieron como yo lo esperaba".

Así de simple.

No soy depresivo, guau! Aun no me lo creo.

Y quien sabe que más mentiras haya detras de esta coraza de protección inútil...

(No soy depresivo, sólo flojo)

Frente a mi el abismo. Un paso en falso y la caída termina con mi vida. "Lo importante es caer bien", me dijeron. Todo está en caer bien. Da igual en qué posición, la cosa es no matarse.

Pienso en la caída. Muchos mueren en el intento (paros cardiorespiratorios, por regla general). ¿Será dolorosa?... Le tengo miedo al dolor... Pero he sufrido tanto, ya no queda más... Un poco más no será malo...

Renacer de entre las sombras.

Cual Fénix...

Emprender el vuelo...

El abismo es infinito, caer sería volar.

La caída, programada para el punto donde el rojo del cielo choca con el verdor del océano, no será muy larga.

Como un viaje, será como un viaje.

Recuerdo que de joven me gustaba Huidobro... Altazor marcó mi vida... Ese viaje en paracaídas, un viaje que en principio parecía no tener fin, un viaje que comenzaba alto, y terminaba en las mazmorras del centro de la tierra. Un viaje así será esta caída. Espero que mis nudillos no golpeen demasiado el aire al descender.

Y me lanzo.

El aire, fresco como una mañana de verano, como la brisa del mar, como un chorro de agua en el momento preciso, hace que el inicio sea del todo placentero.

Diviso mi casa desde aquí.

Estoy volando tan alto, como si fuera un cohete espacial.

La ionósfera se ve púrpura.

Da paso al camino de color amarillo.

Cruzo un arcoíris de sensaciones.

Mi tacto se confunde con mi olfato, y empiezo a oler nuevas cosas.

Todo empieza a perder sentido, siento que voy subiendo, cuando mi cerebro envía descargas eléctricas indicándome de que estoy cayendo a una velocidad increíble.

Ya nada tiene sentido, todo es simple, bello, inusual.

Lo recóndito del alma empieza a brotar sin que haya sido convocado.

Escucho a mi madre, llamándome a comer.

Y un halo de colores brillantes me ciega por unos momentos.

Puedo ver el mar.

Me siento tranquilo.

Todo en paz, todo en calma.

El mar convertido en una taza de leche, ni una sola ola, sólo el infinito que proyecta, y la calma que entrega.

Un atardecer carmesí se muestra ante mis ojos, algo cansados por los diversos colores que ha visto.

Canto una canción.

Las aves que vuelan alrededor mío me siguen en el canto... me percato de la cercanía con la tierra... comienzo a deslizarme, planeo un rato, y veo todo... A lo lejos se ve un villorrio cercano a una playa, donde pienso aterrizar.

El viaje, paulatinamente, empieza a terminar.

Tomo conciencia de mi estado, y me dispongo a aterrizar en la playa.

Caras familiares aparecen en la playa, saludándome, e indicándome por donde aterrizar mejor.

A fin de cuentas, "el aterrizaje lo es todo".

Y súbitamente despierto en mi cama, con la almohada babeada hasta el cansancio, y dado vuelta.

'Fue un sueño', me digo, y vuelvo a dormir.

A veces, saco fotografías, otras veces, compro postales. Y hay veces en que no quiero recordar ese lugar, por lo que me abstengo de conseguir algo que me recuerde ese sitio.

Por regla general, y dado de que mi viaje es mental, mis fotografías y postales son canciones o grupos, respectivamente.

Recuerdo una época de mi vida en la que coleccioné música variada. Hubo un tiempo en que escuché Hip-Hop (lo escuché, y qué? xD). Otra donde escuché Metal Aggro (una basura, ahora que lo veo), y otra donde encaminé el rumbo que sigo hasta el día de hoy, el Trip-Hop, del cual me declaro fanático y culpable de todo.

Y en este sitio, coleccioné sobre todo de un grupo en especial: Portishead.

Portishead representa una etapa muy larga de mi vida, no en cuanto a tiempo, sino en cuanto a duración mental. Me explico, me costó mucho salir de esa etapa, de hecho, aun me cuesta reponerme.

Nunca voy a olvidar esa mochila con ese parche, NUNCA.

Lo más cerca de estar bien y mal al mismo tiempo, sumido en un abismo de tortura fragante. Tortura amistosa, suave, y sedosa.

Una cara, una sonrisa, un cuerpo, un alma, nada más.

Ese parche que me cautivó, y del cual aun sigo siendo prisionero.

Ese parche que decía: Portishead.

Nunca lo olvidaré, y sufro por eso. El dolor inexpugnable, inalienable, intransigente e indecoroso.

Tantas noches de sufrimiento, de llanto en la almohada, de tortura psicológica.

No sé si alguna vez ese parche sepa de la existencia de este sitio, y si algún día lo sabe, bueno, que sepa que hacer.

Y yo, en el intertanto, tratando de superar ese trauma.

Esa tarde gloriosa, donde Be Yourself de Audioslave salvó la situación, donde por primera vez sentí el desate de esas dolorosas y pesadas cadenas.

Aun la veo pasar, aun pienso en el momento. Cada vez que me detengo a mirar, cual voyerista, cual imbécil.

Y el parche se fue, desapareció, pero las heridas siguen sangrando.

Alguna vez alguien me dijo que los abogados éramos los humanistas menos humanistas de todos. Que somos más parecidos a los Ingenieros que cualquier otro humanista. Es un hecho de que somos gente muy odiada por todo el medio (nos odian los ingenieros por ser humanistas, nos odian los humanistas por ser casi ingenieros, nos odian los médicos por sacarles plata, y bueno...).

Frente a esto, una amiga me dijo que somos como figuras geométricas, y eso me interesó.

Los humanistas, dijo, "somos como círculos", porque aceptan casi todo. Los Ingenieros, en cambio, dijo, "son cuadrados", porque todo debe ser lógico, todo debe cuadrar, el resultado debe ser el mismo. Y los abogados, dije, que éramos "triángulos", porque somos aun más cerrados que los ingenieros, pero disimulados. Pero no es tan así. Creo que somos "hectágonos", a decir verdad, porque aceptamos un poco más que los ingenieros, y somos casi circulares, pero también debemos entender la lógica interna de las cosas, aunque el proceso es más fácil, dado que no hay necesidad de cuadrar el concepto dentro del molde, pero si la necesidad de entender las cosas.

Y es rara esta forma de ver a los humanos, de acuerdo con figuras geométricas.

Me pregunto que tipo de figura seré, si tuve romances con la medicina, la matemática y finalmente me fui con el derecho...

c. Utilidad, los átomos se unen con el propósito de conseguir un fin mayor que la simple unión (H2O).

En esta vida, hay un criterio siempre presente. Un criterio que me intriga y que me hace pensar. Un criterio que encuentro donde quiera que veo.

Se le conoce como "utilidad".

Hay quienes lo critican, porque pone las cosas en un punto de vista estríctamente numérico, o de producción de mejorías, o de satisfacción. Y hay quienes no le dan importancia a la consecuencia, o mejor dicho al punto de vista, y se preocupan del fondo, del resultado. Me considero de la segunda posición.

Todo en este mundo se combina o tiene vínculos con otra cosa, primeramente en función de la utilidad que la unión o alianza produce. El Hidrógeno Molecular se combina con el átomo de Oxígeno, por su atracción electrónica, pero en aras de formar la molécula de agua. Dos personas se juntan por el amor que ellas se tienen, pero por lo que podrían llegar a fromar, o por lo que podría suceder. Uno estudia no por estudiar, ni por saber más, sino que por los beneficios que el estudiar le pruduce. Todo se resume en el resultado, todo es medio para conseguir algo. Uno da, si es cierto, da sin pensar en que va a recibir, pero está comprobado que el inconciente siempre 'espera recibir algo a cambio'. Nada en esta vida es dejado al azar.

Así como yo publico para que la gente postee, o la gente anuncia su blog para que le posteen, o yo le pongo tinca al examen de Administrativo para que el promedio no caiga, o cualquier otra cosa.

Todo tiene utilidad, siempre. no existe lo inútil, hasta la introspección es útil, hasta el querer a otro lo es. No existe el azar. Todo sigue una estricta lógica matemática. el mundo fue creado matemáticamente, una ecuación perfecta que no dejó nada al azar.

Las luces sombrías recorren el patio abandonado. Una tenue columna de humo se asoma por entre los recovecos. Es una fogata, que hacen los hombres de gris. Paracapear el frío de la ciudad, para tener algo de humanidad. Sus rostros demacrados y curtidos por el frío y el sol de mediatarde, parecen verdaderas máquinas, cuales robots salidos de fábrica.

Y los hombres de gris, que deambulan por las calles del centro, buscando pan para comer, agua para beber y un poco de vino para olvidarse de que existen.

Los veo cuando paso caminando por cada esquina, los veo cuando la micro pasa lenta, los veo en los reportajes de las noticias, y no los comprendo. ¿Son humanos, son hombres como yo? La respuesta es evidente, tan absurda, pero con tanto sentido.

Y la realidad absorta, entre el fútbol, y los ataques terroristas de medio oriente, olvida a estos pedazos de humanidad, a estos hermanos, de los cuales se acuerda en ciertas fechas.

Humanidad, ¿existe? La respuesta fue en algún punto de la historia certera. Ahora ya no lo es tanto. Como en la postmodernidad, todo es cuestionable, así lo es la Humanidad.

"¿Soy acaso guarda de mi hermano?", dijo Caín a Dios en el Jardín del Edén. Así también respondemos nosotros, con tanta o más seguridad que el mismo Caín. El primer asesino. La sangre de Abel clamaba a Dios desde la tierra, y Dios nunca la olvidó.

Seremos juzgados por nuestras acciones, de eso no hay duda... (¿o sí?). Y la verdad es que si seguimos así como vamos, todos en fila al infierno, hasta Caín tendrá perdón, mas la 'Humanidad', ella no será perdonada.

Sus ansias de poder, su sed de gloria, su hambre de corrupción, impiden el paso de ella, no la dejan avanzar, y la hacen retroceder, hasta el punto de congeniar con Caín, el primer asesino.

Somos bestias vestidas de terno y corbata, con enormes vehículos, relojes caros y vidas apacibles. Jaguares, Leones, Tigres, de todo hay en esta selecta fauna. ¿Y dónde quedó el hombre? Perdido en el camino de la evolución, después de la burocracia de más allá de la meritocracia. En algún lugar de mi felina piel, en algún lugar de mi canina anatomía, en algún lugar se encuentra mi humanidad, entre mis garras y mi mp3. Somos hombres vestidos de animales. La moda lo impone, mientras más formal, más animal. Y muchas veces olvidamos nuestra 'Humanidad', para dejar ser al tigre o chacal externo.

¿Y qué vamos a hacer?

La respuesta es personal, pero la comodidad prima...

Bueno, vistos y considerando que me HA TOCADO la tarea de escribir sobre mí, trataré de sintetizar brevemente una idea vaga sobre lo que soy, sobre lo que me gusta y sobre lo que quiero ser.

1. Mi vida es simple, nada del otro mundo, vivo en Puente Alto, estudio Derecho en la Universidad de Chile (como si nadie lo supiera), aficionado a las ciencias médicas, físicas y en parte a la matemática. Soy frustrado en muchas cosas, tales como Filósofo, Médico, Matemático y Literato. Pero resulté bueno pal' Derecho. Al menos eso refleja que me siga gustando la carrera (y-no-solo-por-la-plata).
2. Desde chico pertenezco a una religión, conocida como la religión "Mormona" (a.k.a. "Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días"), de la cual fui muy devoto durante casi toda mi vida, salvo durante los últimos meses, en los cuales he vivido una severa crisis espiritual-racional. Antes tenía la película clara: existe una vida después de ésta, es posible ganar la vida eterna y las familias pueden ser eternas. Pero ya no es tan así, mi mente atribulada por la lógica me impide aceptar lo que una vez supe. Cuestiono todos los dogmas de mi fe, y me da lata eso, ya que antes vivía placenteramente, pero cuando conocí lo que en mi iglesia llaman "el Mundo", bueno, todo cambió.
3. Toda mi vida he sido formal, tanto en el trato como en la apariencia. No es raro verme de terno y corbata durante los días de calor. Produzco reacciones raras en la gente, como si yo fuera un pedante, o un loco, o simplemente un tipo formal, así sin más ni más. Siempre me ha fascinado la vestimenta. Soy de ese tipo de personas que primero piensa en como verse, y después se ve. V. Gr.: pienso en como me vestiré hoy, pruebo la ropa, y me convenzo de lo que veo en el espejo, de ahí, salgo a la calle (claramente eso hago en los días en que estoy solo en casal, dado que no hay quien me impida vestirme como plazca).
4. Soy melómano en potencia. Si hay algo que ame de este mundo, es la "buena música". Artistas como Portishead, Blur, R.E.M., Radiohead, The Beatles y otros han marcado mi percepción de la música. Así como amo la "buena música", detesto la "mala música", que es prácticamente toda la música que no escucho (llámese Reggaeton, Romántica en español al estilo de Luis Fonsi puaj!).
   
5. De lo anterior, se desprende una de mis principales características: soy super tolerante, salvo en los temas anteriores (música y vestimenta). Eso es algo que choca con mi iglesia, ya que, como muchos saben, mi iglesia es Proselitista, es decir, que llama a todos a unirse a ella, al grado de convencer a los demás de su veracidad. Yo creo personalmente que cada persona debe decidir por si misma, y nadie debe interferir en su libre elección, menos que todo por medio de convencer que una iglesia es la verdadera y la otra no, Todos somos libres de hacer lo que se nos plazca, en la medida de que no interfiramos en la libertad del otro. Ese es un principio de convivencia universal.
6. Soy celoso, super celoso (al menos con mis hermanos, en general). Detesto con toda mi alma a los: ratones (roedores en general), arañas, abejas, perros grandes (más que detestarlos, me dan terror), y muchas otras cosas más.
7. Y bueno, para finalizar, soy muchas otras cosas, dependiendo de la ocasión. Lo suficientemente ególatra como para tener este sitio, lo suficientemente depresivo como para hablar de los temas que hablo y lo suficientemente gracioso (opinión de otras personas) para hablar de ciertos temas.

La verdad es que ni siquiera yo mismo me conozco a cabalidad. Hay muchas cosas que no he descubierto de mi. Cosas que yo creía imposibles en mi, se hicieron realidad, cosas buenas, y otras no tanto.

Y bueno, la vida es así, cambias todos los días.

Y bueno, debido a que mi lista de contactos no es muy grande que digamos, y ya tienen tarea la Vivi y la Marita, la tarea ahora va para la Izha, la Maripa y a Pancho.